Comentario sobre Jaime Vizcarra


No porque esté muerto don Jaime Vizcarra Talavera voy a decir que desde un principio fuimos amigos. Por increíble que parezca, fueron las discusiones las que nos hicieron amistar. Para muestra un botón: Durante el año en que por segunda vez me enseñaba Lenguaje, me puso una nota baja en la calificación de cuaderno, ¡a mí! que siempre cuidaba la caligrafía, ortografía, que no se le doblen las puntas de las hojas, no haya ningún borrón, etc. Sin embargo, vi que la nota que puso en otros cuadernos no tan bien presentados, era más alta que la mía. Yo siempre he sido de tomar decisiones rápidas en cuestión de segundos, mi decisión de irle a reclamar duró milésimas de segundo. Y duró este tiempo porque ya le había visto la cara “como haciéndose el sueco” y yo bien que sabía que era characato. El diablo tocó el timbre para ir al recreo, él ya era Director del Anexo de Rivero y como tal se dirigió a la Dirección para tomar su Coca Cola, yo le conocía este ritual, por eso es que lo medí, esperé que de la primera buchada a su dulce bebida para convertírsela en un trago amargo. Anticipándome a algunos sobones (porque que en todo colegio los hubo, los hay y los habrá) entré como una tromba y le espeté a bocajarro:
- ¡por qué me ha puesto esta nota! (así sin miedo y con la mirada fija)
- ¡porque me dio la gana! (él rojo de la ira por la sorpresa y la raspadera de garganta)
- ¡mi cuaderno merece mejor nota y usted lo sabe! (sin aflojar un músculo de la cara)
- ¡eso para que no me vuelvas ha hacer la misma payasada! (temperatura al rojo vivo)
- ¿cuál payasada? (ahora sí que me descuadró)
- ¡el año pasado estudiaste y asististe a clases bien los dos primeros trimestres y en el tercero te relajaste porque ya estabas aprobado, así que por eso te he puesto esa nota! (firme en su posición)
- ¡eso nada tiene que ver, merezco mejor nota! ( Arica no se rinde)
- ¡no se estudia por la nota! (novedad para mí)
- y ¿para qué se estudia? (curioso al tope)
- ¡para saber... y se estudia desde el primer día hasta el último día de clases con el mismo empeño!... ahora ¡fuera de aquí!

Con otras desavenencias nos fuimos conociendo mejor y particularmente llegué a tres conclusiones: ¡era un buen profesor! y ¡era un buen amigo! porque ¡era una persona buena!
Como profesor me enseñó Lenguaje – Literatura y también Sicología. Se ponía de todos los colores cuando sus alumnos flojeaban y se ponía así porque su afán era que todos supiésemos, inclusive, los días sábados gratuitamente y de manera más distendida daba reforzamiento ¡sin cobrar un sol! Dominaba las dos asignaturas que enseñaba, pero yo lo empecé a admirar más por Lenguaje – Literatura, y es que aparte del conocimiento, tenía buena dicción, sabía motivar, explicar, analizar un texto tanto en prosa como en verso, qué decir de su ortografía ¡impecable!, buena caligrafía, mejor dicho que ¡tenía que ir a impartirles clases a los mismos españoles allá en su tierra!
Como amigo pude comprobar que siempre que retornaba de sus viajes a Ecuador, Chile y otros países, le gustaba comentar con sus alumnos. A mí me caían bien esos comentarios porque yo tenía vocación de “pateperro”. Lo particular de él era lo que comentaba, cómo lo comentaba y para qué lo comentaba. Lo que comentaba era acerca del acervo de los países que visitaba y lo comentaba seriamente, con respeto por las costumbres propias de cada país y para que nos culturicemos. Yo lo entendí así y eso me ha servido de mucho en los viajes que he realizado.
Como persona me enseñó a olvidar las cosas malas, a ser más positivo y menos impaciente.
Aunque físicamente ya no estás, al cielo te mando estas décimas Jaime para que le pongas tú la nota.

A JAIME VIZCARRA TALAVERA

Yo tengo un sueño truncado
truncado por la guadaña
desde cuando allá en España
don Jaime fue asesinado.
¿A quién consulto el estado
de mi verso o andadura?
Si ¡él! de Literatura
fue mi amigo y profesor
y como buen andador
me impartía su cultura.

Mi memoria es la que narra
y al mismo tiempo me pide
gratitud y que no olvide
¡cómo era Jaime Vizcarra!
Porque en cosas de pizarra
sé que en ese lar ajeno
se tiene que ser ¡muy bueno!
para enseñar de regalo
y tiene que ser ¡muy malo!
quien lo eliminó de pleno.

Luis Bárcena Giménez
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1 comentarios:

  1. Te pasaste promo soy de la 73, a mi tambien me enseño el flaco Vizcarra;un tipo muy temperamental ¡ Que tiempos aquellos!
    saludos Adán.

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