En los barrios de guapos


¡SUICIDIO! DIJO LA LEY!

Al ver al muerto tres viejas
llamaron a un policía
porque el cadáver tenía
cortadas las dos orejas.
Y una bala entre las cejas
parecía el tercer ojo
tenía el cogote rojo
por la sangre que manaba
y ya que un pie le faltaba
diremos que estaba cojo.

El policía derecho
corrió desde un bar cercano
y entrando pistola en mano
miró al muerto y miró al techo.
El muerto tenía el pecho
abierto como un mamey
pero ante longeva grey
que estaba de él expectante
con pensativo semblante
¡suicidio! dijo la ley.

© 2009 Luis Bárcena Giménez

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