NUNCA VI DAMAS INGRATAS
Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas.
Las mujeres encubiertas
con una buena apariencia
para conseguir solvencia
no rechazan las ofertas.
De las que son más expertas
pronto aprenden las novatas,
para alegres serenatas
en sus oídos hay veda
y al ruido de una moneda
nunca vi damas ingratas.
En sociedad que prefiere
tener en casa de todo
si no busca su acomodo
triste, sola y pobre muere.
Con el dinero se adquiere
fama, lujo y diversión,
y el dinero tiene el don
de dar valor a las gentes
y son todas complacientes
a su gusto y afición.
Abundan las que se empeñan
en obtener nombradía,
se desentienden del día
y de la noche se adueñan.
Las mujeres también sueñan
con poder y distinción,
cuando llega la ocasión
y su avidez se dispara
no le ponen mala cara
a las caras de un doblón.
Dentro de este derrotero
que las lleva al resplandor
no está la palabra “amor”
ni hay lugar para lo austero.
Del brazo de “don Dinero”
prefieren las caminatas
y las bellas candidatas
para ganar un sitial
a las caras del metal
hacen sus caras baratas.
© 2009 Luis Bárcena Giménez
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