y como cosa habitual
un desayuno frugal
a la ligera tomar.
Salir de casa y andar
hasta la estación del tren,
esperar en el andén
a que venga el tren ansiado,
subir, viajar apretado
y sentirme que estoy bien.
Una vez dentro del ruedo
¡adiós! le digo a la calma
y aunque me saquen el alma
no puedo decir ¡no puedo!
Por los años y el denuedo
se pierden memoria y vista,
en sociedad consumista
cuesta ganarse el dinero
y yo trabajo de obrero
¡para ser un decimista!
© 2009 Luis Bárcena Giménez
mi estimadisimo amigo Luis,
ResponderEliminarLinda Poesía la tuya!!!
El ritmo me recuerda al querido MARTIN FIERRO argentino...
Tienes una forma muy especial de contar y expresarte.
Te deseo que continues escribiendo tan bien, y yo con mucho gusto tratare de difundirlas.
Va un abrazo latinoamericano fraterno, necesario y vivencial.
Tu amigo
Jose Pivín
frente al puerto de Haifa
frente al Mar Mediterráneo