Glosando a Atahualpa Yupanqui


LAS HORAS QUE TIENE EL DÍA

Las horas que tiene el día
las he repartido así:
nueve soñando contigo
y quince pensando en ti.


Vivo las cuatro estaciones
de la manera mejor
puesto que yo en el amor
nunca me doy vacaciones.
Mis afectos y atenciones
no son simple cortesía,
de mi profunda alegría
saco y abro el abanico
y con amor te dedico
las horas que tiene el día.

Si no te pienso, te sueño,
si no te sueño, te pienso,
eres el fin y el comienzo
de un día a día halagüeño.
Veinticuatro horas que empeño
desde que te conocí
y aunque comenten de mí
que he perdido la razón
por quererlo el corazón
las he repartido así.

Por ti aflora cada verso,
con cada uno te idealizo,
cuando el poema realizo
en el cielo estoy inmerso.
La luna en el universo
espera por el testigo,
la noche cae con su abrigo,
del sol son horas de ocaso
pero de ellas yo me paso
nueve soñando contigo.

Vuelve a salir con nobleza
el sol, a su menester,
a mí me da más querer
a ti te da más belleza.
Inspirado y con franqueza
mi existencia repartí,
por tu amor ¡ya comprendí!
no hace falta estar sumando
pues son nueve horas soñando
y quince pensando en ti.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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2 comentarios:

  1. Anónimo8/2/11, 9:33

    Al parecer el peruano,
    anda un poco enamorao,
    le digo tenga cuidao,
    más esto no es un misterio,
    y se lo digo de enserio,
    pa' que lo vaya manyando:
    no se le ande lastimando
    su tan gauchesco corazón,
    y cuídese del aguijón
    del amor que anda picando.

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  2. Del amor que anda picando
    es muy difícil librarse
    pues éste suele infiltrarse
    siempre por el lado blando.
    Es más, no se sabe cuando
    pica, deja su aguijón
    y también la sensación
    de que la queja se aleja
    porque el amor es abeja
    que pica en el corazón.

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