Aunque te juegues la vida
por mí, ¡no te daré bola!
- así me dijo una chola -
guapa, pero presumida.
Que yo no tengo cabida
en su mundo porque aspira
subir y estar en la mira
de un blanco terrateniente
que la despose, contente,
mantenga y lleve de gira.
Aunque te juegues la vida
- a la chola he respondido -
ese rico pretendido
si te toma, ¡es pa’ querida!
Es más, puede que enseguida
de disfrutar de tu pulpa
sin sentimiento de culpa
marchándose de la cama
retorne donde su dama
y sin darte una disculpa.
© 2009 Luis Bárcena Giménez
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.