“¡Me voy pero volveré
espérame vida mía!...”
mi novia me dijo un día
antes de irse a Santa Fe.
Quise, mas no contrarié
su decisión principal
pues me dijo radical:
“Voy porque en esa ciudad
me dan la oportunidad
de ganar un dineral”.
Pa’ no tener la cabeza
pensando y pensando en vano
seguí metiéndoles mano
al torno como a la fresa.
Cuando de ella la promesa
la daba por olvidada
retornó una madrugada
lozana, alegre, elegante,
con mucha plata, radiante,
y sobre todo, ¡casada!
© 2009 Luis Bárcena Giménez
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