Décima y silicosis



“La Décima en el Perú” libro escrito por Nicomedes Santa Cruz, es en el mismo Perú una obra difícil de encontrar en las librerías. Gracias a mi buena e incondicional amiga Silvia Martínez Rossi quien tras meses de ir en su busca, lo encontró en una “librería de viejo” y me lo remitió a Japón para que yo pueda ilustrarme sobre la Décima. Del mismo autor también me remitió “Décimas poemas y antología”.
En el campamento de la Compañía Minera del Madrigal – Sucursal en el Perú, ubicado a varios kilómetros del poblado de Madrigal – Valle del Colca, trabajé de obrero en los años 77, 78, 79, 80 y 81 antes de ir a trabajar a Lima por la misma compañía en calidad de empleado.
En esos años se explotaba cobre, plomo, zinc y plata y he visto cómo mis compañeros, los andinos en su mayoría, chacchaban coca para hacer su trabajo en el socavón y también cómo algunos contraían la silicosis.
Ustedes dirán qué tiene que ver lo de la Compañía Minera con los libros de Nicomedes Santa Cruz, sencillamente, la Planta que tomé de su poema “Pasaje Obrero” y la glosa que es de mi autoría:

VERDE EN COCA Y SILICOSIS

Verde en coca y silicosis
sigue al barreno prendido
y horadándole el pulmón
viaja un minero bacilo.


En el túnel no hay horario
de esto duda no le cabe
también el minero sabe
que sufrir es necesario.
Y mientras que el propietario
se refugia en su psicosis
el cholo chaccha su dosis
por toda alimentación
y se hunde en el socavón
verde en coca y silicosis.

¡Es hombre! guarda su llanto
y trabaja febrilmente
pero dentro de su mente
en quechua entona su canto.
De la noche el negro manto
pasa desapercibido,
el cholo está adormecido
por el trabajo extenuante
sin embargo en todo instante
sigue al barreno prendido.

No teme a la oscuridad
ni a la desgastada viga
y vive con su fatiga
entre el polvo y la humedad.
Ignora la enfermedad
que lo ha cogido a traición,
y la bacteria en función
de “guardián de la montaña”
va tratándolo con saña
y horadándole el pulmón.

Ya no hay fuerza pero hay maña
para barrenar el cobre
y en esa labor el pobre
dejará un día la entraña.
Con placer a su guadaña
la parca le saca filo
porque en el hombre, tranquilo
muy pagado de su suerte
para llevarlo a la muerte
viaja un minero bacilo.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
Share on Google Plus

2 comentarios:

  1. Triste pero hermosa glosa
    Un abrazo
    Javier

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Saludos Javier, me ayudó mucho la vivencia que tuve en el campamento minero para hacer esta glosa. Un abrazo.

      Eliminar

Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.