CONTRAPUNTO ENTRE LA MUERTE Y EL VIVO
- Abre la puerta nomás
que yo sé que estás aquí
¡abre nomás! que de mí
nadie se escapa jamás.
Estás viviendo demás
y en la tierra falta espacio
¡abre! no seas reacio
y no me creas tan vil
porque de este cuchitril
te llevaré a mi palacio.
- ¡Pase usted señora muerte!
y póngase a razonar
¿para qué me va a llevar
si en el Perú vivo inerte?
Cargue con el hombre fuerte
que en palacio se atrinchera
y que en cada borrachera
dice no tenerle miedo
y encima se tira un pedo
frente de una calavera.
- ¡Pucha! que esto no sabía
y ya cobraré esa afrenta
si conoces de otros cuenta
pa’ afinar mi puntería.
Yo te proporciono un día
de vida, por cada humano
que en territorio peruano
por vitalidad se crece
si me dices: me parece
que ya está para el gusano.
- Por lo pronto dije de uno
al que le cambian la guardia
y debe ir a la vanguardia
tome o no su desayuno.
Lleve al ganado ovejuno
que forma su camarilla
y la cosa es muy sencilla
¡de ambas razas son traidores!
diputados, senadores
suman cien en la plantilla.
- ¿Son esos que en las barriadas
prometieron inversiones?
¿son aquellos que en mansiones
viven por sus mangoneadas?
A ovejas tan descarriadas
cuesta llevar a mi establo,
mortal, yo sé de lo que hablo,
lo que mucha gente ignora
es que a veces hay demora
¡porque los protege el diablo!
- En este caso el retraso
compénseme con más días
¿como esas gentes impías
se va a comportar acaso?
Mas sigamos el repaso
de mortales candidatos:
quince curas mentecatos,
veinte monjas casquivanas,
dos feligresas profanas,
dos obispos avivatos.
- Aquí y en la Polinesia
no porque me falte fe
en lo mío, sino que
con poder cuenta la iglesia.
Y es por esto que la amnesia
por causas espirituales
me lleva a otros umbrales
inclusive a la montaña
cuando voy a dar guadaña
a obispos y cardenales.
- Aumente nomás mis días
por privilegiada curia
que gratis por su lujuria
le ofrezco dos de mis tías.
Eso sí, diez primas mías
no entran en la misma oferta
y para que bien invierta
su tiempo, cave las fosas
de ochenta viejas chismosas
que espían tras de la puerta.
- Me está resultando caro
tu regalo existencial
pues tu mente en lo crucial
se ilumina como faro.
Mas no me parece raro
que me seas tan esquivo
si en un país exclusivo
te excluyen continuamente
y de su excluyente gente
¿a quien más mencionas vivo?
- A tres mil jefes borricos
que nunca me dan trabajo
y a mil cholos del carajo
que protegen a cien ricos.
Añada seis mil milicos
que ostentan muchos galones
también a diez mil ladrones
repartidos en mil bandas
¡y al millón que en las parrandas
baila sin complicaciones!
© 2009 Luis Bárcena Giménez
Ya no vivo en el Perú; pero se aplica muy bien a la realidad española y muchas otras. Enhorabuena y sigue adelante.
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