Amistad verdadera



Mi amiga Silvia Martínez Rossi es una persona excepcional por sus valores. Tengo el honor de conocer a toda su familia, gente cálida y sincera.
Entre muchos favores que me ha hecho estando yo en Japón, uno que tiene que ver con las décimas es el haberme remitido desde el Perú los libros de Nicomedes Santa Cruz, máximo exponente de la Décima Peruana. Si hoy en día tengo cierta facilidad para la escritura de esta estrofa poética, se lo debo a ella.
Silvia, con mucho cariño para ti y toda tu familia:

CUANDO LLEGO YO A TU CASA

Cuando llego yo a tu casa
retornando de otros lares
se me acaban los pesares
y el cansancio se me pasa.

A ti amiga verdadera
en versos quiero decirte
que Dios ha de bendecirte
por tu natural manera.
Si a la palabra sincera
una sonrisa acompasa
con tu amistad que me abrasa
haciendo eterno el momento
estoy radiante y contento
cuando llego yo a tu casa.

Yo no soy hombre vencido
para mí no es la derrota
aunque de sangre una gota
derramé porque he sufrido.
Trato de ser divertido
disimulando en cantares,
me aguanto el llorar a mares
y pese a ser hombre rudo
buscando tu auxilio acudo
retornando de otros lares.

El ver a doña René
y también a don Manuel
es libar del cielo miel
y es alimentar la fe.
Los abrazos que gocé
de Roberto y familiares
duran tiempos seculares
que en mi modo de explicar
dentro de un cálido hogar
se me acaban los pesares.

Silvia próximo al final
de esta décima en tu honor
voy a confiar con fervor
una idea principal:
Cada encuentro fraternal
me saca de pampa rasa,
con el verte se desfasa
esta mi tristeza impía
renuevo yo mi energía
y el cansancio se me pasa.

© 2004 Luis Bárcena Giménez
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