POR LA JUERGA SUPERSÓNICA
Por la juerga supersónica
y en el precio nada módica
de ser mi prima melódica
ahora es mi “tía” afónica.
Porque no fue salomónica
bailando un ritmo frenético
movió su cuerpo esquelético
como alma del espectáculo
con la mira en el pináculo
del gran alboroto herético.
Y para colmo la crédula
le dio bola a un maníaco
que apestaba a amoníaco
y que no tenía cédula.
Contonearse hasta la médula
no le resultó fructífero,
ora de un humor mortífero
está, pues vi su película
que fue moverse ridícula
¡por un beso del pestífero!
© 2009 Luis Bárcena Giménez
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