DE TANTO COMER ESPÁRRAGO
En un ambiente bucólico
de tanto comer espárrago
al hacendado Baldárrago
lo tiene postrado un cólico.
Hoy se muestra más católico
y mucho menos apólogo,
y confiesa en su monólogo
que por la bendita fécula
de él ¡en cada molécula!
el dolor está en el prólogo.
Luis Bárcena Giménez
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