CON LA LETRA PEQUEÑITA
Un pajarraco de acero
tiene el buche dividido:
para el señor distinguido
para el vulgar pasajero.
Tiene pintado un letrero
puesto que es trasnacional
y aunque no parta puntual
y embuche más de la cuenta
al momento de su venta
el pasaje cobra igual.
En tiempos en que el atraco
está computarizado
todo lo han planificado
para meternos al saco.
Al colosal pajarraco
protegerse necesita
y se ve más de una cuita
que en el aeropuerto acampa
una vez hecha la trampa
con la letra pequeñita.
© 2009 Luis Bárcena Giménez
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