Candidatos y elecciones


CUANDO OIGO A UN CANDIDATO

Cuando oigo a un candidato
diciendo sus peroratas
se me aparece el retrato
de la falsía con patas.

Los pasos suelen llevarme
de personas al concurso
para escuchar el discurso
de quien irá a gobernarme.
Mucho más que interesarme
por lo que hará en su mandato
ya que resulta barato
agudizar la memoria
tomo clases de oratoria
cuando oigo a un candidato.

Del candidato se enhebran
buenas y malas ideas
y si es guapo, hasta las feas
en voz alta lo requiebran.
Los partidarios celebran
sus cualidades innatas,
su pasado, las beatas
murmuran que se investigue
mientras que el otro prosigue
diciendo sus peroratas.

Y dice con elocuencia
que su plan es de futuro
que en un año no es seguro
convertirnos en potencia.
Y al momento que él sentencia:
“tendrán empleo inmediato”
a mí que “soy un novato
y no tengo perspicacia”
muy claro de la falacia
se me aparece el retrato.

En lo suyo hace hincapié
pero lo pasa por nuestro
que un político es maestro
utilizando la fe.
Y concluyo porque sé
del actuar de otros piratas:
para sus promesas gratas
tiene bastante saliva
puesto que es la imagen viva
de la falsía con patas.

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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