Renacer


RENACER

Orabas de hinojos ante Jesús crucificado
viendo en las heridas su sangre redentora
y en su corona de espinas un aura protectora
celestial ribete para tu rezo resignado.

En el altar se erguía sereno y sublimado
mortal silencio en tu alma evocadora
solo tus ojos veían su imagen bienhechora
solo tus labios pronunciaban su nombre sagrado.

Te veías triste, humilde y muy hermosa
la tenue luz le daba a tu figura
místico marco para tu plegaria ofrecer.

Dejaste el altar previa venia silenciosa
me miraste, te miré y mi amargura
se quedó en nada y en ti volví a renacer.


© 2000 Luis Bárcena Giménez
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