DOS
EXTRAÑOS
Te
fuiste cual una sombra
hacia
la calle maldita
caminando
por la alfombra
del
pensil de mi casita.
Te vi
partir esa tarde
altiva
y apresurada
pero sé
que por cobarde
no
volviste la mirada.
Te
fuiste porque quisiste
un
hombre rico encontrar
y con
el tiempo te viste
viviendo
en el lupanar.
Del día
de tu partida
han
pasado varios años
y por
cosas de la vida
ahora
somos dos extraños.
Luis Bárcena
Giménez
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