Redondillas de amor


Siento una grave agonía
por lograr un devaneo
que empieza como deseo
y acaba en melancolía.

Sor Juana Inés de la Cruz

Cuando miro la figura
de toda mujer bonita
el instinto se encabrita
y corre tras la aventura.
En mí el amor no perdura
tanto como la manía,
por mi osada fantasía
cual castigo indisoluble
en mi corazón voluble
siento una grave agonía.

De tal manera es mi empeño
que sacando conclusiones
tengo más motivaciones
pero ya no tengo sueño.
Pretendiendo ser su dueño
a la mujer galanteo,
despierto siempre me veo
y apasionado no duermo
resumiendo estoy enfermo
por lograr un devaneo.

En el amor impaciente
como también subversivo
camino tras mi objetivo
sin importarme la gente.
Me vuelvo más insistente
si me mandan de paseo,
honradamente yo creo
más que idea inconcebible
es lujuria incontenible
que empieza como deseo.

Y nacido aventurero
aunque mi mente se ofusque
a veces sin que lo busque
me encuentro en el derrotero.
El romance pasajero
me obliga a la poesía
y el afán del alma mía
que mi salud menoscaba
saciado el placer acaba
y acaba en melancolía.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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