En un reto, un trovador
tenía que dar respuesta
glosando la planta puesta
que trataba del amor.
Empezó de lo mejor
improvisando el poeta,
continuó, mas a la meta
por desgracia no llegó
puesto que sólo glosó
un tercio de la cuarteta.
El otro en su afán perverso
de humillar al contrincante
se mofó y dijo arrogante
con diez sílabas un verso.
Al terminar su universo
de versos, el juez Zapata
quien odia la perorata
dijo: - yo resumo que
¡a uno se le fue el pie
y el otro metió la pata!
© 2009 Luis Bárcena Giménez
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