Anochece en la cañada
y las nubes cual un velo
van anunciando en el cielo
la lluvia de madrugada.
En la ladera empinada
del cerro, existe un sendero
que a la hora del aguacero
no se ve y es un misterio
que afronta con magisterio
en su trajín el arriero.
Luis Bárcena Giménez
15 de febrero de 2011
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