Mientras se pinta Carola
las uñas en la oficina
de la oficina a la esquina
se forma una larga cola.
Dándose ella misma bola
continúa con las cejas
y hasta que no estén parejas
en color y depilado
omite cualquier llamado
en especial de las viejas.
Si el activo o jubilado
le reclaman, se retoca
por tercera vez la boca
para disipar su enfado.
Ella así ha demostrado
que pintarse la relaja:
si de esta forma trabaja
a la vista de la gente
yo deseo estar presente
¡cuando se pinte la raja!
* El nombre es ficticio
* El nombre es ficticio
© 2009 Luis Bárcena Giménez
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