Una puta triste y sola
con el rostro envejecido
a consolarse ha venido
junto a la vieja farola.
Al mirarme se arrebola
y desvía la mirada,
y al ver que desarreglada
tiene su ropa barata
pienso y me digo ¡por plata
tanto encamarse pa’ nada!
Tengo un nudo en la garganta
pese a ser un poco duro
de ver que del sitio oscuro
ni un borracho la levanta.
Estoica el desplante aguanta
de nuevos y antiguos clientes
y entiendo que no hay valientes
pa’ encamarla aunque les fíe
cuando al voltear me sonríe
con una boca sin dientes.
© 2009 Luis Bárcena Giménez
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