EL FUNCIONARIO PERJURO
Jura por Dios —con la mano
sobre la Biblia—, en voz alta,
jura por Dios y resalta
que no está jurando en vano.
Da media vuelta el fulano
y a Dios lo manda al carajo,
y empieza con desparpajo
a rapiñar el erario
sin que le importe al falsario
que el país se venga abajo.
Luis Bárcena Giménez
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