Es tu risa fresca y dulce como el agua cristalina es la límpida vitrina que exhibe tu nobleza y que espanta mi tristeza cuando el llanto se empecina.

Mujeres pendencieras

 


MUJERES PENDENCIERAS


Qué suerte tiene el «hechor»

que por él un par de diablas

en una hora hicieron tablas

disputándose su amor.

Es la moda ¡sí señor!

de mujeres pendencieras

que en peleas callejeras

diriman un parecer

que consiste en querer ser

en la cama las primeras.


Luis Bárcena Giménez

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