Es fácil en apariencia
conquistar a una mujer
pero no, hay que tener
palabras, tino y paciencia.
Acorde con su cadencia
hay que acomodar el paso
y estar del alba al ocaso
pendiente de su deseo,
sensatez y devaneo
para que nos haga caso.
Como ella es la que decide
quien ha de ser su pareja
sin miramientos lo deja
a quien no hace lo que pide.
Cuando ella pide no mide
hasta llegar al exceso
y si por tan sólo un beso
pide lo que está de moda
es normal que pida boda
¡para levantarla en peso!
© 2009 Luis Bárcena Giménez
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