¡MIL NOVENTA Y CINCO DÍAS!
La
buena y la mala suerte
contigo
las conocí
y he
vivido el frenesí
de la
vida y de la muerte.
Si bien
yo juré quererte
quererte
no puedo más
porque
viviendo al compás
de tu
inestable pasión
yo
llego a la conclusión
que no
cambiarás jamás.
Han
pasado varios años
¡mil
noventa y cinco días!
y mucho
más que alegrías
me has
brindado desengaños.
Aunque
no somos extraños
tampoco
somos afines
porque
en todos los confines
tú
demuestras a la legua
ser la
cimarrona yegua
que
otro tira de las crines.
© 2009
Luis Bárcena Giménez
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.