ARRUINASTE TU BELDAD
Tú eras una obra de arte
de la mano creadora,
tú eras divina y ahora
me da vergüenza mirarte.
No supiste comportarte
y arruinaste tu beldad,
y mi vergüenza en verdad
se debe a que soy culpable
de decir que eras confiable,
leal, casta y sin maldad.
Luis Bárcena Giménez
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