EN EL DOS MIL VEINTICUATRO
Magdalena, te idolatro
y te pongo en un altar
si tú empiezas a cambiar
en el dos mil veinticuatro.
Si dejas de hacer teatro
y me tomas más en cuenta
yo de forma muy atenta
te costeo una semana
de permanencia en La Habana
el año dos mil cuarenta.
Luis Bárcena Giménez
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