No es anónimo

 


NO ES ANÓNIMO


Cuento que al padre Jerónimo

en una iglesia católica,

loretana y apostólica

le pusieron un hagiónimo.

No es un individuo anónimo

y en esta región selvática

lo conoce la simpática

propietaria del prostíbulo

y la doña del vestíbulo

de la «maloca» temática.


Luis Bárcena Giménez

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