Cuento de una mujer plástica con recursos económicos más implantes anatómicos que la hacen lucir fantástica.

Dos extraños


DOS EXTRAÑOS

Te fuiste cual una sombra
hacia la calle maldita
caminando por la alfombra
del pensil de mi casita.

Te vi partir esa tarde
altiva y apresurada
pero sé que por cobarde
no volviste la mirada.

Te fuiste porque quisiste
un hombre rico encontrar
y con el tiempo te viste
viviendo en el lupanar.

Del día de tu partida
han pasado varios años
y por cosas de la vida
ahora somos dos extraños.

Luis Bárcena Giménez

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