¡Haz lo que te dé la gana!
me dijo furiosa un día
la vecina de mi tía
que es cuñada de mi hermana.
Y puesto que la fulana
me lo dijo a bocajarro
al instante paré un carro,
abrí la puerta, subí
y sin mirarla me fui
encendiéndome un cigarro.
¡Haz lo que te dé la gana!
hasta ahora me repica
la frase de esa borrica
y ya pasó una semana.
Mas de jarana en jarana
no voy a pasar la vida
y a la morada querida
cuya dueña me reclama
por sentir fría la cama
iré cuando yo decida.
© 2009 Luis Bárcena Giménez
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