En el rancho


EN EL RANCHO

Desde que dejaste el rancho
no se sabe de tu vida
y en el rancho hay más comida
para mí y para el chancho.
Todo parece más ancho
más claro y más placentero
sigo siendo un hombre austero
con un pie en el estribo
y ¡por Dios no te recibo
aunque vuelvas con dinero!

Luis Bárcena Giménez
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