MANDANGA
Solo el olor a fritanga
que penetra a la oficina
saca al empleado Marquina
de su crónica mandanga.
Cuando asiste a la pachanga
es un hombre diferente:
ahí se mueve ágilmente,
bailando no se da tregua
y también se ve a la legua
que él es el más resistente.
Luis Bárcena Giménez






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