Es tu risa fresca y dulce como el agua cristalina es la límpida vitrina que exhibe tu nobleza y que espanta mi tristeza cuando el llanto se empecina.

Señora del alma mía

 


SEÑORA DEL ALMA MÍA


—Señora del alma mía,

bella, noble y admirada,

¿qué hace usted bien despachada

entre tanta carestía?

—¿Para qué es la canonjía

mi estimado adulador?…

es para darte valor,

valía, fama y poder

para que otros puedan ver

que uno en todo está mejor.


Luis Bárcena Giménez

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