SEÑORA DEL ALMA MÍA
—Señora del alma mía,
bella, noble y admirada,
¿qué hace usted bien despachada
entre tanta carestía?
—¿Para qué es la canonjía
mi estimado adulador?…
es para darte valor,
valía, fama y poder
para que otros puedan ver
que uno en todo está mejor.
Luis Bárcena Giménez
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