ÁNGELES
Ángeles, quien es ecuánime,
en cada encuentro esporádico
goza con el sexo sádico
hasta que ella queda exánime.
Se recupera y grandánime
vuelve a su labor científica,
y con sonrisa beatífica
dentro de su mente hermética
se regodea frenética
con su culeada magnífica.
Luis Bárcena Giménez
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