Cuento de una mujer plástica con recursos económicos más implantes anatómicos que la hacen lucir fantástica.

Ya no puedo poner freno

 


YA NO PUEDO PONER FRENO


Con tu amor que no es bueno

y es una desazón diaria

de manera voluntaria

cada día me enveneno.

Ya no puedo poner freno

a esta espiral destructiva,

sé que tú eres posesiva

y te aprovechas de mí,

y aunque me afectes, así

te amaré mientras viva.


Luis Bárcena Giménez

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.