Es tu risa fresca y dulce como el agua cristalina es la límpida vitrina que exhibe tu nobleza y que espanta mi tristeza cuando el llanto se empecina.

Tu asistencia al camposanto

 


TU ASISTENCIA AL CAMPOSANTO


Tu asistencia al camposanto

no me pareció un acierto,

aunque tu esposo era el muerto

era fingido tu llanto.

Y es que te conozco tanto

que me da pena el finado,

al que hubiste traicionado

sin chance pa componerse

y por ende nunca verse

en el ataúd ¡burlado!


Luis Bárcena Giménez

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