SIN OBJECIÓN
Cuando yo tenía fiebre
hacías como que orabas
y sin embargo esperabas
mirar el punto de
quiebre.
Pero al igual que la
liebre
¡veloz me recuperé!
y comprende que te dé
sin pedírmelo el
divorcio
puesto que en este
consorcio
si te quedas ¿para
qué?
Luis Bárcena Giménez
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