ESPERANZA Y REALIDAD
Esperanzarse en la gente
que está inmersa en el gentío
es como querer que el río
no deslice su corriente.
Llámenla y verán que ¡ausente!
se reportará enseguida
y mientras que de la brida
sujetamos la esperanza
pasa el tiempo sin tardanza
y se acaba nuestra vida.
La esperanza en uno mismo
es la única que vale
cuando todo mal nos sale
y rodamos al abismo.
Porque en el mundo egoísmo
hay con acento marcado
cuanto más esperanzado
se está de algún semejante
como realidad constante
se está más abandonado.
Luis Bárcena Giménez
© 2009
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