Cuento de una mujer plástica con recursos económicos más implantes anatómicos que la hacen lucir fantástica.

De la dicha al infortunio


DE LA DICHA AL INFORTUNIO

Por la sombra de tu ocaso
con tu imagen en mi mente
camino cual penitente
y me pierdo paso a paso.
Ayer bebía del vaso
lleno de felicidad
y ni por casualidad
intuición, presentimiento
imaginé este momento
colmado de soledad.

Luis Bárcena Giménez

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