PERRO CALIENTE
Confiando en su pedigrí
y también por emperrado
a una perra en buen estado
todos mis huesos le di.
Un perro baboso fui
burlado por buena gente,
hoy soy un perro caliente
¡todas mis pulgas son malas!
no me intimidan las balas
y a cualquiera meto diente.
A su libido canino
sumó su extranjero afán
por un pastor alemán
también un dogo argentino.
Un bóxer neoyorquino
la montaba cada rato
y ya perdido el boato
digo que la última “trenza”
de esta perra sinvergüenza
fue con un perro calato.
Luis Bárcena Giménez
2 de abril de 2012
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