¡Silencio!

 


¡SILENCIO!


¡Silencio que hay un quejido

del alma en la medianoche!...

ha pasado a ser reproche...

ha pasado a ser olvido.

¡Silencio que estoy dormido

y no quiero despertar!

Déjenme a solas llorar

y que llore como un niño

la pérdida de un cariño

y el vacío de un hogar.


Luis Bárcena Giménez

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.