EL
PAGO DE UN PECADO
Estás
pagando el pecado
de
haber cambiado a tu esposa
por
una mujer tramposa
que
te tiene dominado.
Estás
bajo los tormentos
crueles
de un falso querer
porque
ella es una mujer
vacía
de sentimientos.
Estás
gastando el dinero
pagándole
sus resabios
para
escuchar de sus labios
“papito
cuánto te quiero”.
Estás
gastando energías,
tu
tiempo y tus facultades
para
escuchar sus verdades
que
no son más que falsías.
Luis
Bárcena Giménez
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